martes, 2 de julio de 2013

Mas arriba de Cospeito......(Un Viaje por Suecia)









 



Si las siete horas de viaje desde que partió el Bus en Lugo, fueron tediosas, no lo fué menos la espera en el aeropuerto de Barajas, ni el tramo de avion a Oslo.

 

 Lo unico que me alegraba era pensar en el coro que me hicieron mis amigos y mi novia en la estacion del bus, hacciendo (como no) el payaso, pero esta vez dadas las fechas, vestidos de romanos.


Durante el vuelo charlo con mi acompañante , una Biologa de postgrado en Noruega, que consiguio trabajo en verano limpiando la misma universidad en la que estudia en invierno. Me repite la misma cantinela que todo el mundo: aquí las carreras son mas faciles. Puede ser que con los años nos demos cuenta de que suspender alumnos con metralleta, no hace mas grande al profesor.

En Oslo espero a que salgan todas las mochilas por la cinta nº 2. Y en efecto , salen todas menos la mia, que lleva quince minutos paseando en solitario por la cinta numero uno. (me dice un amable policia cuando quiero poner una reclamacion por extravio de maleta).

A la salida al aeropuerto me encuentro con Jenifer y las dos Karen, que me llevaran a Tallsberg, Dalarna, les doy dos besoss a cada una, con la tipica reaccion que hace la gente de "arriba de Cospeito" cuando les das un beso: Echarse un poco hacia atras. Sensacion extraña pues lo primero que piensas es que tienes la cara sucia o que te apesta el aliento (cosa que puede ser pues sali hace veinte horas de casa) Pero parece que ellos no tienen esa costumbre, así que te hacen todas "la cobra".

A Karen Hasall ya la conocia de el congreso en Piks. Sigue tan sonriente y amable como siempre. La otra Karen y Jenifer, morena de ojos miel y rubia de ojos azules, son dos chicas mucho mas jovenes que nosotros y no paran de reirse con respecto a una pequeña dificultad sobre el trallecto , que todavia desconozco. 

Me voy a lavar al cuarto de baño y a la salida las encuentro en la cabina de la empresa de alquiler de coches, en medio de un ataque de risa. Parece que se estan rifando quien conduce. y determinan que Karen hasall y Jenifer. Y de esta guisa nos vemos acomodadndo las maletas en el maletero de un Golf de ultimisima generacion , sin palanca de freno de mano, ni instruciones que expliquen como se opera dicho freno en ausencia de mando. Por eso nos pasamos un buen rato arraccando y apagando el coche. hasta que el fin conseguimos empezar la ruta.







Viajamos a lo largo de cinco horas entre Noruega y Suecia, en las que atravesamos una masa forestal interminable. Es un bosque de picea, pino silvestre (ellos lo llaman scoland pine) y abedul. Que es el modelo de bosque industrial de estos países. 


No paro de mirar los árboles.  Sobre todo los famosos abedules con los que ikea confecciona muebles. Vine a este país con muchísima curiosidad por ver como son estos abedules. Pues en Galicia dichos árboles, dados sus crecimientos y bifurcaciones, solo valen para hacer mangos de sacho. 



Para empezar tienen tres especies: Betula alba, péndula y una tercera más pequeña de la que no me acuerdo el nombre. Probablemente es Betula alba la que no paro de encontrarme. Y claramente puedo decir que estas arboles no tenían ningún problema de bifurcación. En cada uno de ellos encontramos una sola guía disparada hacia el cielo. Su talla también es bastante alta. Pero creo que en Galicia tiene que haber algo así. Un cultivar, una variedad. Algo!



Llegamos al hotel anocheciendo después de un viaje larguísimo y muy cansados los cuatro. Destacar el buen humor de estas chicas, que no pararon de reír en todo el camino.


En talsberg nos espera Richar.
 Richar pasea en el aparcamiento ajardinado del hotel, sumido en la penumbra de la noche sueca. Son la una de la mañana y la luz empieza a tornarse de plata.
Richard es un hombre que organiza su trabajo con una gran perfección en los detalles: Las tarjetas de la habitación están dentro de un sobre,  la clave wiffi,  las indicaciones de todos los horarios del día siguiente, etc.
Richard, de pelo cano y  con su silueta alargada a modo de abedul, resplandece de felicidad, mientras  nos explica todo esto camino del hotel. Disfruta de su trabajo, es evidente. Y esa es la explicación para que siempre este trabajando, es obvio.
Entro en la habitación. No tiene opulencias: un baño, una tele y dos camas, pero la simplicidad, los colores cálidos y las estéticas poco arriesgadas y recargadas se agradecen en un hotel cuando lo que quieres es dormir. ¿Recordáis lo bien que se dormía en casa de los abuelos? …….Buenas noches




17/06/2013

De las ponencias de hoy destaco particularmente la de Mat Niklason hablando de “el registro de los incendios en los anillos de crecimiento de los árboles”.  Dendrocronología. 

Mat expone sin índices. Y sus diapositivas, muchas veces son fotos, que Mat explica sin efectos de PWP. Mat se desplaza con la mano por todo el panel para explicarse, encima de una foto de anillos de árboles, tal y como lo hacen los meteorólogos de los informativos sobre los mapas de predicción de clima. 

A mí me extraña que se puedan diferenciar las causas de las heridas en los anillos de dichos árboles. Mat habla de un resinado, de unas formas concretas para el caso de los incendios. Pero Curiosamente en la charla de Olson se habla de que las dataciones de incendios por carbones y por anillos no coinciden. Tenemos debate servido... 


Las charlas se desarrollan en general con bastante interés. Parece claro que los incendios comienzan en la historia, en el momento en el que el hombre aprende a hacer fuego. También parece claro que los ciclos de incendios se ven afectados por las diferencias de especies. De esta forma Ohlson nos aclara que, dadas sus dataciones por carbones, se sabe que a raíz de que las Piceas colonizan Escandinavia  (en detrimento del pino silvestre) se reducen los incendios y su intensidad.


No fueron los únicos que hablaron, claro. Estaba Catthy Whittock de Yellowstown y  Bob, su pareja. Que nos expuso la realidad actual de este parque y el desarrollo desde que ella empezó a trabajar, hace ya muchos años. 


Cathy tiene una fragilidad especial. Pelo cano y muy corto, muy delgada y ojos azul piedra. Es de esas personas que se acerca a uno,  con miedo de romper algo, no queriendo molestar. De una delicadeza muy agradable

 Rob es una mezcla simpática de general Caster y cocodrilo Dandee. Tiene unos bigotes rectos que le dan un aire marcial y serio. Pero su sonrisa y su sombrero desbaratan cualquier percepción dura de él.


Son una pareja divertida y como con ellos varias veces. Pero en una de esas comidas cometen el gran error de preguntarme si conozco “Picos de Europa” pues van a viajar por ahí cuando acabe el congreso. Acto seguido estoy limpiando una mesa para extender un plano y me meto en una descripción lo más amena posible acerca de las provincias gallegas de Asturias y Cantabria. Creo que les gustó.


 


Los alrededores del hotel, el paisaje, su “Landscape” es un entorno de praderas, bosques y agua. Dominando como eje central su gran lago “Siljan”. Dicho lago, según nos cuenta un guía turístico que nos acompaña en un paseo por el pueblo, se formó debido a un meteorito. 

El más grande caído en Europa. Y Hoy en día es el segundo o tercer lago más grande del país de los mil lagos.









 Unos dias despues...............


Tres días de congreso escuchando casi únicamente hablar inglés. Y ahora por fin estoy camino a casa de luna. Voy en un tren  y estoy sentado al lado de una chica rubia muy alta que no tiene pudor en levantar un brazo en mi dirección para rascarse en el medio del sobaco mientras come un bocadillo. Sin duda este país es diferente. 

 


En la primera parte de este viaje, desde la primera estación de tren en tallsberg, me acompañó Kristy Teppo. Una estonia guapísima y pequeñita con la que no había hablado en todo el congreso. (Bolos de hierba cruzan a toda velocidad a través de la luna del tren).

 

Kristy y yo fuimos los últimos en irnos de hotel. Trabaja para una asociación forestal en Estonia y es una chica encantadora. Me arrepiento de no haber coincidido más con ella en el congreso.

“la revisora de este segundo tren, acaba de obviar chequearme el billete. Le pregunto a mi acompañante escandinava, que ya termino su bocadillo, y me dice que “supondrá que lo tengo””. Este país es diferente.




Bajo del tren. Estoy en la estación de Avesta esperando el siguiente. Un señor me ayuda a comprender que no necesito enseñar el billete en la estación y que de hecho sería muy difícil, pues en la estación solo hay una sala de espera “preciosa” y un bar “homenaje a Elvis Prestley”.   

 


Decidí invitarle a un café para agradecérselo. El caballero en cuestión, cuando escucho mi invitación, se le descompuso la faz de extrañeza y acto seguido dijo:- Si, pero mejor un helado. En ese momento recordé el documental sobre Suecia de lonely planet en el que el protagonista invitaba a uno a una copa, y como no es usual invitar en Escandinavia, se pasó siguiéndolo toda la noche de pub en pub.  Así fue no solo me acepto la invitación, sino que el vario a su gusto. Se zampo el helado, me dio las gracias y se fue. 

 



Una de las cosas que me impresiona de Suecia es la ligera alienación que tienen hacia la cultura de USA. La decoración del bar era un continuo decorado de un bar de película americana de los 60. Contrastando con la elegancia de la sala de espera. Rectangular, modesta austera, pintada de un rojo oscuro.



 

La luz da energía.   En este lugar y en esta época del año el factor más importante del paisaje es la Luz. Anteayer en el hotel me levanté a las 4 30 de la mañana y tuve que hacer voluntad para volver a dormir. De esta guisa se puede entender que cuando te metes en cama, de día, a la una de la mañana, te va a costar dormir,…., y no es así. Sigues con fuerzas y con un ánimo estupendo. Está claro que la luz es la energía del alma.

Esta estación de Avesta, en la que sigo, es pequeña. No puede generar ningún gasto excesivo, pues solo tiene una máquina que expende o valida tickets de viaje.




Cojo el tren,…
Viajo,…
Luz por la ventana
Casas rojas,
Agua muy azul.
Luz,…y más luz.





El siguiente pueblo, scraubn (indescifrable), No paro de ver coches americanos antiguos. Me lo aviso el Sueco gorrón mientras se comía el helado que le pagué

Los suecos disfrutan de sus coches antiguos americanos y los sacan en las grandes ocasiones. Como mañana Mid nigt summer. Mañana los suecos celebran su fiesta más popular el solsticio de verano. Una fiesta sin duda prerromana, un culto a la luz, una creencia Zen,…., Nuestro San juan. 


Estoy en este bar de estación pidiendo un café para esperar media hora a que venga el taxi. El camarero, vestido de blanco y con aires de inmigrante sirio, señala un aparador donde está puesta una máquina de jarra de café a modo de autoservicio. Y si quiero café con leche me lo sirvo yo mismo de un cartón de leche de la nevera que hay al lado. Es el mismo modelo de todos los bares. El café te lo sirves tú como si estuvieras en tu casa…. 



Sentado en la terraza de este bar, detrás de la estación, podría esperar toda una vida. Pues el pueblo tiene ritmo. Coches y personas desfilan delante de mí de una forma que, me parece, pudiera ser programada como en un desfile, o como en aquella escena de “el Show de Truman” en la que personas y coches se mueven a un orden concreto. Esta es una situación tan nueva para mí que todo tiene importancia. Cualquier persona que pasa es interesante y todo tiene importancia, todo tiene algo peculiar: Ruidos, este olor constante a madera de cualquier lugar, risas,…hacía años que no me encontraba conmigo mismo en “fuera de contexto”.

Los coches americanos hacen un ruido muy americano (quiero decir enorme) y no paran de dar vueltas a su nave nodriza la gasolinera, igual que abejas en el panal.

Por cierto, estoy hasta las narices de que todo el mundo se sorprenda de que vaya a Raddarhyttan. Desde los suecos del congreso (los pocos que conocían el pueblo), hasta cada revisor de tren al que le enseñe el billete. 


Resulta que el taxi es un furgón enorme que lleva media hora esperando delante de mí. Fenomenal, no sé cómo no me di cuenta pues tiene escrito taxi en letras de agua color marrón sobre fondo castaño. Que tonto soy, si además está escrito en un capo sucísimo como todos los taxis del mundo.

Extraña la comunidad extranjera de este taxi. Árabes, negros,….., y un imbécil. En mi vida había visto un taxi que se pareciera tanto a un minibús.







Estoy en un parque de Raddarhytan, esperando a Luna que me viene a buscar. Intente hacer autoestop pero me desanimé. No porque no me cogiera nadie en 20 minutos sino por las caras de flipados de la gente. Directamente me decían que no con la mano. Así que me tragué mi orgullo, pues quería llegarle a Luna hasta la puerta. Y aquí estoy, esperando en el parque del pueblo.

 

Os sorprendería la belleza y la simpleza de un parque aquí. Imaginaros una explotación forestal plana. En la que dejáis sin cortar los ejemplares grandes y el resto es césped. Ahora ponedle una mesa de madera en cualquier sitio, ....., sin mirar. Y uno o dos columpios. Ya lo tenéis.

 ¿Qué nos da a mayor este sitio? Nos da el sonido constante de los pájaros (constante en cualquier paisaje aquí) y esta paz constante, ...,este eco interior.
Las casas rodeando este parque  de unos dos campos de futbol, parecen casas de camping. Muchas con banderas.

 

Otra vez vuelvo a sentir síndrome de stendal,… quiero llorar de felicidad. 




















José cocina, luna cambia a su niña y los tres acabamos de llegar de un lago,… su lago. Estoy con la familia Luna.

 


Luna vino a buscarme al parque donde esperaba acompañada de su bebe “África”. Juntos vamos a su casa. Y una vez allí, mientras Luna le da el pecho a África, yo paseo con su perro. 

Este bosque es de paisaje cerrado, de vistas más limitadas que las de los pueblos de dónde vengo. 

 

Regreso. Y José ya llegó. 

Juntos vamos en coche al lago


El lago de Luna parece un paisaje de postal. Un pantalán se adentra en el formando una profunda ele. Lo recorremos hasta el final. El agua esta mansa y plana como un plato. En el medio una Isla.

Allí, al final del pantalán, está un compañero de José que acaba de salir del agua. Por lo que entiendo vienen a menudo a nadar o a remar después del trabajo cruzamos unas palabras.



 La envidia me corroe. El cabrón este acaba de nadar hasta la isla y volver. No paro de dar vueltas por el pantalán valorando tirarme al agua. “No sé si bañarme” digo en alto. José me coge el órdago.


José me anima sin ambigüedades, un poco enfadado. “!pero tírate no te lo pienses ¡”. Me lanzo al agua sin titubeos, con intención, sin valorar temperatura, profundidad, etc. etc.
Rompo un espejo que se hace ondas




Las decisiones no salen del cerebro, está claro. Dice Punset que valorar críticamente una decisión muchas veces es estúpido, pues el cerebro decide unos instantes antes de que tú te plantees la duda. Es algo así como: ¿Para qué lo piensas,… si ya lo has decidido? O más a mi gusto:- Las decisiones no salen de la cabeza, sino del corazón.



Nado hacia la isla en un eco de silencio verde.
 Floto boca arriba mirando el cielo.

Quiero llorar.

En casa, José hace la cena. Hoy no comí, mezcla de prisas y emoción. Y ellos, que lo saben, se esmeran en una comida potente de ensalada repleta de cosas y carne de alce y salchichas. Tengo la impresión de que me lo estoy comiendo todo yo.
José es concienzudo, es de esas personas que se concentra en lo que hace hasta el punto de abstraerse. Cuando conversa, lo hace también con ese punto de concentración, como pensando dos veces lo que dice.

África llora.

Hablamos de cine, de posguerra  y de armas escondidas en fallados y de Suecia, como no.

Me echo a dormir en el sofá cama,….., la luz me despierta a las siete. Se nota que ya he bajado de paralelo y es de noche, unas horas más.


Me acercan al tren, Voy hacia Upsala, la patria de Lineo. El tren traga kilómetros de prados y lagos,… y Luna queda con su familia en el paraíso. 








Orebro es una ciudad donde paro a esperar otro tren. 

 

Orebro tiene un castillo y un señor meando, y un montón de gente pelirroja. El aire de la gente de Orebro es un poco menos americano que el de los otros lugares de dónde vengo. Orebro da una bienvenida cruda.





Cuando te bajas del tren, lo primero que ves es una alineación homogénea de edificios. Una especie de desconcierto de muros de ladrillo macizo a modo de polígono industrial de principios de 1900. Doy un paseo por el lugar e intento dejar mi mochila en una cabina del tren. Una hora son cinco coronas. Mi mochila no pesa tanto. 






















Cruzo el pueblo, compro algo y marcho.






Unos trenes después llego a Upsala,… que está completamente vacía. Busco el punto de información turística que aparece en mi guía, pero allí no hay nada. ....Empezamos bien. (Suena Jon Gomm en la habitación desde la que os escribo). 

 

Upsala me ha decepcionado. La llegada fue fría, nadie por las calles. Sus jardines melancólicos y el rio que la cruza con dos bicicletas tiradas a modo de derrota. En otra situación entiendo que me dijerais que tengo que tomar más el sol, pero aquí hay 20 horas de luz al día.
 

En Upsala todo es clásico y perfecto. Le faltan las extravagancias de la divertida Orebro con su meón y su telaraña que envuelve un castillo. 

Eso sí. El parque principal estaba lleno de gente comiendo carne y celebrando el midnight summer,….., pero todos sin dar ni un grito, ni una voz, todos perfectamente ordenados rodeando cada grupo sus barbacoas sin interaccionar con nadie y vestidos, muchos, como de fin de año. Voy mirando los cristales,…,  a ver si no me reflejo. 

El Jardín botánico es agradable y el helado que me tomé antes, servido por un iraní, también. Lo que fue horrible,… Bueno,  nunca pidáis un Kebab fuera de España. 

Pues el kebab es una fórmula original de reorganizar los alimentos que consideramos sabrosos en cada cultura. Y así como nosotros disfrutamos del jamón,…en esta cultura el puré de patata es la ostia.
¡Como, clamo a dios,  puede ser posible que te sirvan un kebab con puré de patata! ¡Qué tipo de esquizofrenia es esta! ¡Esta gente está pidiendo a gritos que les invada cualquier país del sur y que les enseñen a comer! 


Antes de irme al hostel de 40 euros doy un paseo por las piedras rúnicas que están a la puerta de la universidad.




 Muy parecido a cualquier dibujo de petroglifo. Somos la misma cultura, antes de romanizar. Al parecer los godos descendieron de una isla llamada Goods, nombre similar a la isla de Godland al sur de Suecia. Hay algo que nos une, sin duda (y desde luego no es el Kebab)

Me causa bastante placer ver la piedra de la runa  de las tres puntas enlazadas, paradigma geométrico,  misticismo bien entendido y bonita metáfora de maternidad. Y tal y como leí, también “Útil recurso de marqueting” pues cuando llegaron los cristianos les faltó tiempo para reconducir todos esos significados hacia la teoría de la trinidad, mucho más útil a sus propósitos. 

 


Duermo, en una habitación horrible.



Me levanto con ganas de irme, pues no me ha gustado esta ciudad. Pero por una cuestión de agradecimiento quiero visitar el museo del gran Lineo. Un hombre que dio orden a la ciencia de la naturaleza. Organizando el conocimiento de las especies y generando un catálogo, siempre inacabado, con el que todos empezamos a asociar especies en familias y en general a “conocer naturaleza”. Me debo a gran Lineo y quiero conocer su museo.


 

Su museo está cerrado.  y posiblemente Lineo era un imbécil vago igual que todos los habitantes de Upsala porque aquí no abre nadie nada, Y eso teniendo en cuenta que ayer y hoy son  los días más largos del año y esta gente aprovecha estos días para dormir.


Cojo el tren para Estocolmo
 





La estación de Estocolmo rebosa vida, movimiento continuo y cuando salgo a la calle este movimiento se multiplica por diez. Bicicletas, coches y peatones circulan en todas direcciones. Aquí no hay esa sensación tan fuerte de naturaleza. Pero es agradable.


Cojo el posicionador del móvil y lo uso para llegar al hostel, que además de muy barato (25 E) está en el casco viejo.  La zona se llama Gamsla stand y es una isla, como el 70 por ciento de Estocolmo.



Entrar en el casco viejo es un placer. Las casas son todas antiguas. Las calles estrechas y empedradas y cada vez que te equivocas de dirección tienes una agradable vista al mar, pues como ya os dije, es una isla.
Tardo un rato en encontrar el hostel, me empieza a pesar la mochila.




Finalmente lo encuentro y me acomodo en una litera de una habitación compartida. Allí está mi compañero louis. 

Louis es suizo y fotógrafo de unos 23 años. Me dice que está habiendo una ruta de varios países y tal y como se prepara delante del espejo, entiendo que está haciendo una ruta de fiesta. Me advierte algo que tiene que ver con las palabras “Madness” y “night”. Y a mí me parece bien.

 Recojo y me voy a pasear.

El Museo Nobel esta justo al lado del Hostel y allí me voy. Es un museo pequeñito, en lo que lo más destacable es el gran edificio que acoge a este museo de grandes benefactores. También es destacable el mendigo que hay durmiendo a la puerta. En un país tan socialmente correcto parece extraño que haya mendigos y más mordaz  aun, que estén  a la puerta de un sitio así.

Por dentro, no os voy a mentir, no tiene una gran exposición: Una sala pequeña donde te explican la vida del señor Nobel.; Adosada a esta, un cuarto más pequeño todavía con una serie de juegos para niños; Una zona donde se exponen pertenecías personales de algunos nobeles; Un lugar donde se proyecta constantemente un video de las diferentes obras y vidas de los premiados; Y una exposición de pocos carteles acerca de conflictos bélicos. 


Todos estos departamentos, más la tienda, están en el entorno de un amplio recibidor desde el que puedes ver unos carteles que se mueven en un riel en el techo. Así de esta manera, si tienes cuatro horas y media, puedes ver desfilar todos los premios Nobel desde el primero hasta hoy. Son los 10 euros más raros que he gastado en mi vida. Salgo con una sensación de mareo.




¡Se me olvidaba! ¡Aquí se pueden alquilar bicis ¡

Tardo unas calles en encontrar donde comprar la tarjeta de alquiler. Pero lo consigo y marcho hacia donde están acumuladas unas ridículas bicicletitas. No me extraña que nadie las robe. De lo feas que son. 


Además hay que tener cuidado pues son de esas bicicletas en las que el freno de la rueda trasera se accionan pedaleando hacia atrás. Esto puede parecer una simpleza, pero cuando coges impulso para subir un bordillo te cargas si querer en el pedal que esta hacia atrás, frenas y te pegas la ostia padre, por encima de la bicicleta.

 

Pero da igual. ..........!Ya estoy volando en bici por Estocolmo¡. Voy a la isla de los robles centenarios.  


Entro en dicha Isla después de culebrear por los diferentes puentes e  islotes de este archipiélago que es Estocolmo.

(Por cierto compatriotas gallegos ¿no os recuerda a nada esta embarcacion?)




Tardo un rato en encontrar la entrada adecuada, pero ya empiezo a ver algún roble de muy grandes dimensiones.


 Hasta que reconozco a los verdaderos abuelos. En un abrir y cerrar de ojos estoy en medio de unos seres vivos que vieron más de 900 años de historia. Sensación de serenidad. Me quedo perplejo en silencio. Dándole de comer a mis ojos con semejante desproporción,….., de tiempo


.
Hay alguno tirado en el suelo. No lo han tocado y la madera se deshace poco a poco, como en cubos. Cojo uno de esos cubos y lo estrujo y se deshace en polvo,… tiene aspecto de arena,.. Ya no parece orgánico



Por fin entiendo como concluye su senescencia un roble. Hay varios muy, muy debilitados. En los más graves se observa una raja longitudinal que recorre el árbol de abajo arriba. Y a partir de esa abertura se empieza a secar el árbol hacia adentro. Veo el mismo patrón en muchos de estos árboles. Y veo los anillos de acero que les ponen, supongo, los jardineros para que no pierdan estructura.


Sigo paseando por esta isla, que fue el jardín privado de la casa real, según dicen los escudos tallados en metal en todas las farolas, papeleras, bancos etc. etc.




Paro al lado de un lago en la isla y allí hay un ornitólogo. Hablando con él acerca de los cazadores “esos nobles deportistas”. Me doy cuenta de que aquí tienen la misma percepción del lobo que se puede tener en España. Es decir, hay una división fuerte de opiniones, con la maravillosa excepción  de aquellas opiniones que concuerdan con ambos bandos, según qué puntos. Pero curiosamente aquí no son tan benévolos con dicho animal, o por lo menos no hay tanto debate
.
El ornitólogo me dice que estos no son todavía los más grandes, que si quiero ver los gigantes me tengo que ir a… (Me vuelvo loco desenvolviendo el plano) Tengo que ir a una zona que me indica en el plano. Ya hay segundo plan para mañana.

Mientras hablo con mi nuevo amigo noto algo en el pie. ….es una cría de pato que me pica en el pie y luego mira hacia mí. No me tiene ningún miedo. Ya note paseando al entrar en la isla. Que las barnaclas estaban con sus polluelos a muy poca distancia de la gente que se sentaba en los bancos. Y también paré a cuatro metros del mar, donde dos cisnes también estaban saliendo del agua con sus  crías (una especie de pelota de plumas moviendo un cuello largo con poco equilibrio). Este país tiene una conexión especial con la naturaleza.



Vuelvo pedaleando con un poco de prisa pues se acaban las tres horas máximas que tengo para coger la bici antes de cambiarla por otra. Así que apuro para llegar al puesto de bicis a la entrada de la isla. Corro por esos caminos de la isla torciendo a derecha e izquierda hasta lle…
¡Vale me he perdido ¡y no me queda tiempo. Vuelvo a pasar tres veces por la zona de los arboles gigantes, dos por donde el ornitólogo, tuerzo a derecha e izquierda, esquivo tres patos, no llego, no llego… si… si,…. Llegue ¡
Anclo la bici en su estación para coger otra. Estoy sudando. Me voy para el hotel.
Ceno, unas maravillosas sardinas de lata (que ya las empiezo a aborrecer) en el salón del hostel. Reviso el armario de la comida “donada” (el lugar donde dejas la comida que te sobra cuando te vas)

No hay nada apetecible, pues  a todo el mundo le sobra arroz y pasta y a nadie le sobran unos buenos ibéricos.
Me hace gracia el letrero que hay colgado en el fregadero:” friega tus platos, aquí no trabaja tu madre”.

Valla.


Me meto en cama a leer y me quedo dormido. Hasta las cinco que llega mi compañero acompañado de un ser de voz dulce, diciendo:

-Thank you for let me sleep here.
Pobrecilla, seguro que perdió las llaves de su casa y se ve obligada a dormir bajo la piedad de la calle. Menos mal que el follardín de mi compañero, es un caballero y no pretende más que ayudarla. …. Como no me dejen dormir me oyen.

Me levanto a las ocho. Recojo sin hacer ruido y me voy.
Primero voy a ver el famoso cambio de guardia que hacen los militares en el palacio y luego me voy a por la bici. Y ya estoy volando en bicicleta hacia el museo Vasa. El museo del gran barco.  

Llego cuando está abriendo sobre las  ocho y media y ya tengo una cola de unas doscientas personas para entrar. Aunque por suerte la mayoría de ellos son grupos y pasan todos juntos.
Entro.
Nada más cruzar las puertas, después de la taquilla, se abre un espacio gigante. Como una gran nave industrial de más de cien metros de altura. Y en el medio El gran Vasa. El galeón.

Al parecer los suecos en la antigüedad tenían alguna disconformidad con los polacos. Y todos los veranos según  se descongelaba el mar Báltico, corrían todos a darse de ostias al medio del mar. Así somos.
Pues en una época de auge del imperio Sueco, el gran rey Vasa ordena construir un galeón que sea la ejemplo de poderío, envidia de los reyes y gran barco de batalla desde el que dirigir a todas sus tropas navales. Que sea tan grande como grande es la fuerza del imperio Sueco en aquellos momentos. Que sea tan deslumbrante que el mar se abra ante el para dejarle pasar.
Esas fueron probablemente las instrucciones que recibió el pobre maestro de obra al que le encargaron el trabajo.


 De este modo se construyó un barco de unas dimensiones gigantescas con una elevación tan grande en relación a su ancho. Que, en efecto y tal y como pidió el rey, en el día de su botadura el mar se abrió y se lo trago. Debido a que tenía un grandísimo peso muy mal repartido.  
El caso es que no se si trescientos o cuatrocientos años después un arqueólogo se le da por bucear en los muelles de Estocolmo a ver si consigue encontrarlo. Lo encuentran y lo reflotan.
Y ahora mismo lo tengo delante de mis narices. Llenando completamente esta nave gigantesca cuyos laterales están llenos de balcones a diferentes niveles para que puedas ver el barco desde abajo hasta arriba.
Los carteles están en diferentes idiomas, también en español. Pero las traducciones al español están en un español desconocido para mí.



















Una maravilla.

Pienso en mi amigo Dani. Un personaje de mi fauna familiar que se dedica, además de a molestarme, a coleccionar figuritas de plomo y leer historias de batallas.
Sobre todo destaca la popa del barco. Completamente tallada con figuras de caballeros, entre ellos el propio rey Vasa. Para que os hagáis una idea: La popa empiezas a verla en el 1º piso y necesitas subirlos todos para acabar de ver las tallas pues está repleta de ellas.



Salgo del museo con otro objetivo. Encontrar esos otros carballos de los que me habló el ornitólogo. Cojo una bici y……..¡¡¡¡zummm…¡¡¡

Estoy volando por Estocolmo




Tardo un buen rato en llegar pues esta ya un poco a las afueras. Después de una hora de pedaladas en esa “Bici mot” llego al primero de los lugares marcados en el plano.
Lo veo,... tiro la bici al suelo, soy incapaz de hablar. Me acerco a él y paseo su contorno acariciándolo con la mano. Andando tengo la impresión de estar haciendo una rotonda con el coche…. Es gigante,
inconmensurable.
Me pierdo en referencias, no soy capaz ni de ponerle fecha, no puedo compararlo ni con el doble del grosor del árbol del pazo de Cartelos  (800 años). Creo que es el campeón.




Por la zona encuentro alguno más, pero ninguno como ese primero.










 Me paro a descansar en la facultad de Biología y me doy cuenta de que se me acaba el tiempo de la bici. Intento desandar el camino y acabo en una autovía,…., que bien.

Paro a un señor después de media hora
-please can you help me, because…
- Mira que soy de Chile
-Gracias ¿me ayudas?

Por fin estoy en dirección a Estocolmo y otra hora después llego a un Mc Donald y tomo la decisión de ponerme como un cerdo.


Durante la tarde doy varios paseos por Estocolmo. Por la zona Vieja Gamla stand. Veo el palacio de los reyes y vagabundeo sin dirección. Y así consigo encontrarme con plazas cerradas de enredaderas y hasta una tienda de libros que venden el original cuento de Nils Olguerson con una caratula donde aparece volando en una Oca.



Se me hace de noche y me voy a cenar a un restaurante. 
Ni  que decir tiene que cuantas más latas de sardinas lleves, más vas a ahorrar en cualquier viaje que hagas por el mundo. Pero si el viaje es por Suecia ese ahorro se vuelve exponencial pues te cobran un riñón y un ojo por un plato de carne. Pero como era mi última noche en Estocolmo, me apeteció disfrutar de la calma de una cena en la terraza.
Cenar en una terraza es muy agradable en caso de estar solo pues puedes aprender a hablar con cualquiera que pase, igual que los caminantes prenden en las silvas al pasear.
Y de esta guisa me puse a hablar con el camarero que era turco y, al principio, un poco mal encarado.
A los turcos les encanta hablar de política. Este hombre, que al parecer se fue de Turquía por motivos políticos, me dice que Erdogan no es tan mal presidente. Que es normal que en un país como ese haya muertos en una manifestación. Que Erdogan ha modernizado el país y que realmente no le interesa pertenecer a la CEE pero se hace el remolón para seguir teniendo buenas relaciones.
Su compañero camarero y turco también dice que este país está muy bien pero que estuvo casado y la mujer lo dejo. Y que en Turquía eso no pasaba. En fin.
Paseo la cálida noche  de gamla stan en  este verano de días interminables. Es muy tarde y aunque no estamos tan al norte como en tallsberg el día ha sido muy largo.
Entro en un bar a tomar una cerveza. No es un pub como los nuestros. La gente paga las cañas con tarjeta de crédito. Me tomo una cerveza eligiendo una a boleo de los doce grifos que tienen.
Me voy al hostel duermo
A la mañana siguiente cojo un tren para ir a Vadstena a ver si castillo con foso directo a uno de los lagos más grandes de Suecia. Más viaje.








Una vez allí antes de ir a visitar el castillo decido entrar en un súper para comprarme la comida. O mejor dicho intento encontrar algo que acompañe al contenido de mis latas de sardinas. Allí compro una especie de loncha fina de pan, como si fuese un pan de pita muy fino y con forma de folio. También unos bizcochitos de menta, que parecen típicos de ahí.

Al salir voy a comer al lado del lago, en unas mesas. De tras de mí el castillo. Las gaviotas reidoras y las cornejas no tardan en llegar.

Dejo a todos estos pajarracos comerse las sobras de mis sardinas mientras visito el castillo.

Y finalmente me voy a Jonkoping. Con un ir y venir de buses y trenes llego hasta allí. Jonkoping está a la vera del mismo lago que Vadstena, pero al sur de este.
 Lleva media tarde llegar por tierra y supongo que cuando había mil ferris trabajando en estos lagos llevaría 20 minutos por mar.
Cojo un último bus a Huskvarna (los locales me recomiendan que pronuncie hausevarna, que no es que se diga si, pero así entienden,… sin más complejos) y llego al hostel 15 minutos tarde.

La dueña del hostel me dice por teléfono que su local está cerrado, cosa que ya se. Desisto de explicarme más, pues no solo está cerrada la puerta de este hostel, sino que esta gente son un poco estrictos con todo lo referido a horarios. En fin
Encuentro un camping con bungalós que son una autentica ratonera y me cuestan 50 euros la noche. Pero bueno. Mañana es mi último día entero en Suecia.



Por la mañana marcho hacia el museo de Huskvarna. Pero me amargo pensando en el tramo a pie hasta el bus. asi que me pongo (como buena silva que soy) a hablar con dos chavales alemanes. y los convenzo para que me acerquen hasta allí. a cambio les invito a un cafe. son dos estudiantes. Un quimico de origen Turco y otro ing en nuevas energias, mas ario que hittler.


Curiosamente el turco tiene una postura politica muy diferente a la del anterior que me encontre. El opina que si Erdogan sigue muchos años en el gobierno las mujeres terminaran todas con velo obligatorio. Curioso lo unico que me queda claro es que turquia es un pais donde hay debate no solo politico sino religioso. Es decir: en ningun aspecto estan totalmente de un solo lado. Maravilloso


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Entro en el museo pensando que estaría lleno de motosierras. Realmente es un museo muy interesante sobre el desarrollo industrial de este pueblo (Huskvarna). Comienzan fabricando rifles (Remington). Curiosamente los rifles que usaron los ingleses en américa durante la guerra de la independencia.


También tuvieron la primera patente de cocina económica (Bilbaína, de hierro, como le quieras llamar).


 Y un montón de motos estufas de leña y máquinas de coser. Fue muy interesante.






Gasto la mañana en visitar el museo y la tarde en llegar a casa de Gina en un pueblo cerca de Malmo donde ceno con Gina y Richard converso con ellos. Son una pareja increíble. Espero verlos en Galicia pronto.
Duermo

Al día siguiente cruzo hacia Dinamarca por ese puente enorme que acaba en un túnel. Unos amigos de Gina
y Richar me llevan al aeropuerto de Copenhague. Voy a montar en el avión ya tengo ganas.
Dos horas de avión, siete de bus. Estoy en casa.



 viaje




















































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